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jueves, 18 de agosto de 2011

Venéficas, Las Tres Caras de Calixo: Un Fin de Semana

Bueno como ya sabrán nos tomamos una semanita de vacasiones, y pues no pude publicar ayer devido a que ya estoy en clases, si despues de un año de foja regrese a estudiar, no me molesta, pero si me fastidia tener que levantarme temprano, es una capitulo un poco aburrido a mi gusto, pero estoy preparando uno un poco mas interesante, es que por el momento tengo el sindrome de desinspiracion y si lo escribo asi no me saldra nada bueno
sin mas las dejo leyendo.
Después de ese día la semana fue bastante tranquila, la verdad es que me comencé a acostumbrar al hecho de ser diferente, aunque, jamás había encajado en el concepto de normalidad.
La casa de Morgan se había buleto como un segundo hogar, pasábamos más tiempo ahí que en nuestras propias casas, y a pesar de que me fastidiaba el hecho de aceptar que hasta Corrine y yo nos estábamos llevando mejor, nos comenzamos a juntar las tres a la hora del almuerzo, el primer día, Robie y Jamei se quedaron con el ojo cuadrado, pero la verdad es que mis cambios de humor eran de 360° y era mejor no cuestionar si no querían terminar con tortícolis.
El fin de semana se acercaba, y toda la semana nos habían dicho que tenían que hablar con nosotras de algo, no quería admitirlo pero me moría de la curiosidad.
También estaba Mark, no era conveniente pensar en el, estaba descubriendo que me gustaba, en verdad me gustaba, y lo peor es que Morgan comenzaba a darse cuenta y eso me ponía de nervios.
Sentí un gran alivio al escuchar la campana que anunciaba la salida, estaba tan feliz por ser fin de semana que metí mis cuadernos a mi mochila con rapidez y salí del edificio con la sensación de “¡Soy libre!”
- ¿A dónde con tanta prisa? –me pregunto Morgan alcanzándome.
- Ya cumplí con mi dosis de castigo comunitario semanal, me voy a casa –le respondí.
- Mira pequeño gnomo de jardín –comenzó a decir –algún día, cuando tengas tu diploma en la mano no lo llamaras castigo.
- Lo siento gran maestro de la responsabilidad –comencé a bromear.
Era muy sencilla la camaradería que tenia con Morgan, siempre fue así desde que lo conocí.
Arroje mi mochila a mi auto que seguía haciendo su santa voluntad y encendía solo cuando quería.
- ¿Nos vamos chicos?- pregunto en cuanto se nos acerco.
Los últimos dos días yo estaba llevando a Cathy a su casa pues a Mark se le complicaba con la universidad pasar por ella.
Asentí y los tres subimos a mi chatarra de quinta.
- ¿Por qué no ahorras y te compras un auto que funcione? Digo, para varear
El auto se había apagado a mitad de camino y no quería encender, fulmine a Morgan con la mirada, odiaba cuñado hacia bromas de mi auto y mi escaso habito para ahorrar dinero.
- Bueno no tienes que comprar otro, puedes enviarlo al mecánico –sugirió Cathy.
Sonreí y entre los tres comenzamos a empujar el auto a un lugar en donde lo pudiéramos dejarlo estacionado.
- Aunque podríamos tratar de arreglarlo entre las tres –continúo.
Morgan se paró en seco dejándonos todo el peso del auto.
- ¡Aun no están listas para eso! –dijo alarmado.
- ¿Qué dices? Después de vencer al Cuentacuentos ¿Dudas de nuestra capacidad? –me queje.
- No es eso Carrie, es solo que no quiero que terminen heridas.
- Pero estoy segura de que si seguimos practicando, lo lograremos –comento Cathy con entusiasmo.
- Me encanta que pienses así –le dijo Morgan.
En ese momento comencé a sentirme incomodo, como en aquellas ocasiones en las que tu institor te dice que haces mal tercio.
Morgan le sonreía a Cathy de una forma particular, una forma que jamás había visto.
- Si no seguimos empujando jamás llegaremos a nuestras casas –dijo de inmediato Cathy.
No pude evitar soltar una carcajada, estaba sonrojada y nos evitaba a ambos.
Llegamos a casa de Cathy y la motocicleta de Mark ya estaba estacionada en la entrada de su garaje.
- Carrie, ¿me acompañarías mañana al centro comercial? –me pidió Cathy antes de entrar a su casa.
Asentí y camine junto con Morgan hacia su casa.
Durante el camino le eche miraditas y claro que él lo notaba pero se hacia el que no.
- Que chocante Carrie, deja de verme así –se quejo después de un rato.
- Lo siento pero “me encanta que pienses así” –comencé a burlarme imitado su tono.
- ¿Qué tiene de malo? Es una chica optimista.
- Si Cathy es muy agradable.
- No solo eso, también es inteligente y valiente –dijo.
- Y te gusta –conjeturé.
- No es así Carrie, solo digo que es muy simpática –se defendió.
- Y muy bonita.
- Si –admitió.
- Entonces, si te gusta.
- No – insistió.
- Pero, dijiste que era bonita –dije con tono infantil.
- Si pero también creo que tu y Corrine son bonitas y ni por eso tienen que gustarme.
Solté una carcajada fuerte.
- Ya en serio Morg, no crees que yo sea bonita.
- Si lo creo, solo es cuestión de que tú te lo creas.
Me mordí el labio apenada.
- Un momento, ¿Cuándo convertimos mi interrogatorio en tu terapia psicológica?
Ambos nos echamos a reír y entre broma y broma llegamos a casa de Morgan.
Llegue muy tarde a casa así que entre con sigilo completo y me encerré en mi habitación, como no podía dormir me dedique a hacer mis deberes, nada común, pero era mejor que no hacer nada.
Me levante a la mañana siguiente y repetí la rutina de todos los fines de semana, primero deje a mi hermano en su tropa infantil de boy scauts, después regrese a casa y desayune y al medio día fui a recoger a Cathy para ir al centro comercial.
Llame a la puerta y el que me abrió fue Mark.
- Hola Carrie –me saludo con su típica sonrisa.
- ¿Está Cathy? –le pregunte.
- ¿por quién más vendrías? –bromeo –bajara en seguida.
- Invita a pasar a tu amiga –se escucho desde adentro –no seas descortés Mark.
Mark se movió de la puerta y me dejo pasar.
Me lleve una gran sorpresa al ver a la mamá de Cathy, era muy bonita, y se parecía mucho a ella, incluso me avergoncé por ir en las fachas que iba.
- Debes de ser Carrie –se acerco a mi – yo soy Linda, Cathy habla mucho de ti.
- Si bueno, suelo impactar a la gente que conozco –bromee.
Ella se rio, un sonido melodioso, bastante agradable.
Cathy bajo un momento después y se despidió rápido de su madre y de su hermano.
Salimos de la casa y Mark nos alcanzo en el potoco.
- ¿Irán a casa de Morgan después del centro comercial? –nos pregunto.
- Como si no fuera obvio hermanito –le respondió Cathy con una sonrisa.
Comenzamos nuestro trayecto al centro comercial.
- Le agradas a mamá –cometo Cathy.
- Pues deber haberle contado maravillas, incluso la mamá de Robie me teme.
Ella compendio a que me refería, Robie tenía un aspecto rudo, salvaje, así que si ella me temía era por obvias razones.
- También le agradas a Mark ¿sabes? Es muy cordial contigo.
Me encogí de hombros y seguimos caminando.
- ¿crees que a Corrine le guste alguien? –me pregunto.
- No lo sé, con lo fresa que es, probablemente tendría que ser un extraterrestre con un nombre extraño, pero en todo caso, tendrías que preguntarle a ella.
Ella asintió y seguimos caminando.
- ¿Sabes? Morgan piensa que eres bonita.
Ella se sonrojo.
- ¿En serio?- pregunto
- Si, ayer lo dijo, pero se excuso diciendo que también pensaba que Corrine y yo lo éramos también.
- Pues lo son –aseguro.
Después de eso platicamos de banalidades de la escuela, y de otras cosas sin mucha importancia el resto de nuestro camino.

martes, 16 de agosto de 2011

Venéficas, Las Tres Caras de Calixto: "Preguntas" por Cathy

Hola chicas, lamento mucho la demora. Me fui de vacaciones ¿Saben? Y no pude subir antes. Lamento de verdad el retraso. Pero aquí está el siguiente capítulo, espero no sea aburrido, después del capítulo de Andy que me pareció excelente éste regresa más a los diálogos. En fin, la próxima semana inician mis clases pero como son los primeros días no creo que dejen tarea así que por aquí me tendrán!!!
Las dejo leyendo!!!
Cathy
Estaba exhasuta, me dolían todos los músculos de mi cuerpo, músculos que antes de hoy ni siquiera imaginaban que pudieran dolerme, necesitaba un buen baño y muchos días de descanso.
- ¿Mamá y papá saben lo que soy? - pregunté a Mark observando una foto de toda la familia junta.
- No exactamente - contestó con un mohín en el rostro.
- Soy su hija, deberían.
- Sí, respecto a esa parte...
- ¿No me digas que soy adoptada? - pregunté esperando cualquier cosa. Mark se rió.
- No Cathy, mis padres son tus padres biológicos pero aunque saben que eres una niña muy especial no saben de qué forma.
- ¿Por qué?
- Sucesos como el de hoy empezarán a pasar continuamente - me dijo serio y tomándo mi mano cariñosamente - El Cuentacuentos sólo fue el primero de muchos, quizá cientos. No es que me guste decirte esto hermanita, pero el ser una de las reencarnaciones de Calixto trae grandes responsabilidades y es lo que tú, Carrie y Corrine tendrán que hacer de ahora en adelante.
- Me lo imaginaba, pero eso qué tiene que ver con que mis padres sepan lo que soy o no.
- Lo que ustedes son es un secreto. El destino tenía que encargarse de unirlas y mientras eso pasaba el deber tanto del guardián, como del guía, como del ángel, era simplemente mantenerlas a salvo. Si alguien aparte de mí hubiera sabido quién eras te hubiese puesto en peligro, no sólo a tí, sino a todo lo que la dinastía de Calixto representa ¿Me entiendes?
- ¿O sea que estos ataques, como el del Cuentacuentos, pudieron haber empezado antes? - pregunté empezando a entender.
- Mucho antes - aceptó - Por eso tenía que ser un secreto.
- ¿Y somos realmente hermanos?
- Sí.
- ¿Por qué eres un ángel?
- Esa es una historia interesante - sonrió - ¿Recuerdas al viejo señor Flynn?
- ¿El dueño de la papelería junto al kinder al que iba? - pregunté apenas recordando - Más o menos ¿Qué tiene él que ver?
- Él era tú ángel - me dijo y eso me dejó muda - El reino de la magia es complicado, quizá con el tiempo lo entiendas, a mí me tomó unos años.
- Pero el señor Flynn murió.
- Por eso es que ahora yo soy tú ángel. Pocas semanas antes de morir él me heredó la responsabilidad de cuidarte, me dijo que sólo yo podría hacerlo.
- Pero eras un niño, pudo dárse a papá o a mamá.
- Eso hubiera sido sospechoso, en cambio el que te cuidara un niño de apenas 8 años, no lo es - sonrió orgulloso.
- ¿Y tú aceptáste, por qué?
- Te quiero, eres mi hermanita, haría cualquier cosa para mantenerte a salvo. Eso es lo que vió el señor Flynn y por lo que me eligió.
- Mark - lo abracé feliz. Suspiró
- Lo que nos espera será difícil, no pueden tomarlo a la ligera. Morgan les ayudará en cuanto a su entrenamiento y...
- ¿Entrenamiento? - pregunté extrañada.
- Claro, no creías que iban a luchar así como así.
- Hoy lo hicimos bastante bien.
- Lo sé, pero mira lo cansada que estás. Deben aprender a controlar sus poderes, saber hasta qué grado pueden llegar y no pasarse de la raya, de lo contrario podrían morir Cathy.
- Hoy no me costó trabajo manejar mi poder.
- No, pero no lo hiciste responsablemente, de haberlo hecho no estarías cansada.
- Fue la primera vez.
- Los poderes son naturales Cathy, no forzados. A lo que me refiero es que deben aprender a utilizar esos poderes sin necesidad de esforzarse ¿Me explico?
- Un poco.
- Es que estás cansada, ve a dormir y mañana hablamos con tranqulidad.
- Mark - le dije - Esto es muy extraño.
- Lo sé hermanita, pero te gustará, es tu mundo.
- ¿Qué pasará con Carrie, Corrine, Morgan y la señora Clarens?
- Somos un equipo, seguiremos juntos.
- ¿Hay algo más que debería saber?
- Mañana hablaremos de eso. De todos modos es algo que tus hermanas deberían escuchar.
- Ok - asentí subiendo las escaleras.
Mis hermanas. Nunca había deseado tener hermanas, me gustaba que fuéramos sólo Mark y yo, pero conociendo a Carrie y Corrine supongo que no pude haber tenido mejores hermanas. Hoy habían luchado bastante bien y parecían ya no quererse matar entre ellas. Éramos un gran equipo. La señora Clarens era dulce, nos hablaba con cariño y paciencia, nos quería. Mientras que Morgan... era mejor no pensar en él por ahora, ya bastante tenía sabiendo que era nuestro guardián.

viernes, 5 de agosto de 2011

Venéficas, Las Tres Caras de Calixo: El Cuentacuentos

Hola, Por fin es viernes y llevo toda la semana esperando este dia, por que, me gustan los viernes, lo malo es que me quedan nueve dias para entrar a la escuela, y no agrada mucho la idea, pero es mi ultimo Año en prepa y despues podre estudiar lo que yo quiera cuando quiera y como quiera... bueno no cuando quiera pero si como quera y cuando quiera. En fin, me esfore horrores ara hacer este capi, pues yo no soy taaan novelista como MaGe y Anny, pues apenas voy incursionando, pero la historia cuando la lei me gusto tanto que quise participar.
Bueno yo no relate la historia de Calixto pues ya esta en el prologo de la historia, jejeje se me aria muy repetitivo asi que si no la han leido esta en la pestaña que dice Venéficas Las Tres Caras de Calixto a un lado de Página Principal y tambien pueden encontrar todos los capitulos anteriores.
Sin mas las dejo leyendo, y no se olviden espero sus comenarios con ansias.
☺Andrea mi☺



El cuenta cuentos


Una tarde larga, y pesada, tener que compartir mi día con Carrie me ponía de malas, y aun me parecía imposible que fuéramos hermanas, una idea inconcebible, aunque claro, después de saber que cada una de nosotras tres éramos una parte de Calixto hacia un poco razonable que las tres fuéramos tan distintas, y aunque me fastidiara reconocerlo muy parecidas en muchos aspectos.
Después de que nos contaran la historia de Calixto y de lo que le habían hecho las brujas comenzó a pensar que todo se trataba de un juego. No podía aceptar la idea de que yo fuera una bruja o Wicca o lo que supuestamente era, eso no existía, y no tenia lógica, solo era un tonto juego.
Lo que más me molestaba es que Catherine y Carrie se lo estaban empezando a tomar con mucha naturalidad, no les molestaba, y pedían saber más y más.
Se empezaba a hacer tarde y aun nos faltaba mucho por terminar, así que al final nos aplicamos en el trabajo, y debo dar merito a Morgan y al hermano de Catherine quienes se pusieron a ayudarnos.
Terminamos ya bastante tarde, y no es como que me importara, de hecho me alegraba, no quería llegar a casa y tener que escuchar las eternas disculpas de mis padres por no haberme dicho que era adoptada, no había que perdonar, los seguía queriendo igual, tal vez incluso más.
Hacía bastante frio en la calle, algo extraño para estar en pleno verano.
Eche un vistazo por la calle antes de subir a mi auto, nada más que costumbres de seguridad y pude notar que un hombre caminaba en medio de la acercaba.
Carrie también lo había notado y me jalo del brazo.
- No me da buena espina- me dijo- vamos adentro.
- Entonces cuando las hermanas trataron de refugiarse suelo de su alrededor se desmorono dejándolas apartadas de su salvación.
Me quede extrañada mirando a aquel hombre y la tierra comenzó a temblar bajo nuestros pies, caímos estrepitosamente.
El hombre salto de la superficie hacia en cráter en donde nos encontrábamos.
- ¡Corrine! ¡Carrie!- escuche como gritaba Catherine desde la superficie.
Gire para ver a Carrie, quien no le quitaba la vista de enzima a aquel hombre.
Me levante y trate de ver por donde salir, pero estábamos en un cráter bastante vacio. No sabía qué hacer, mi reacción principal en situaciones de peligro era salir corriendo a un lugar donde estuviera a salvo.
- ¡Carrie tenemos que salir de aquí!- le dije con desesperación.
- Ya lo sé- me respondió- pero no veo por donde.
- Entonces la tercera hermana cayó junto con las otras dos, facilitándome el trabajo de destruir a Calixto.
El grito de Cathy se escucho, casi al mismo tiempo que Morgan y Mark gritaban su nombre.
- ¡Cathy!- gratamos Carrie y yo a unisonó.
Nos acercamos a ella y la ayudamos a levantarse.
- ¿Estás bien Cathy?- le pregunto Carrie
Ella asintió y también le clavo la mirada al hombre.
- ¿Quién eres?- le pregunto Cathy al hombre.
- Solo un viejo conocido suyo- respondió.
El hombre estaba más y más cerca y nosotras cada vez nos pegábamos amas a la pared del enorme y profundo agujero.
- Busquen una salida- nos dijo Carrie y se acerco al hombre con las manos enfrente.
- ¡Carrie!, ¡no seas tonta, no lograras nada!- le grite.
Entonces el hombre y Carrie comenzaron a tener una batalla, ella lo esquivaba con agilidad y aquel hombre tenebroso trataba de esquivar los ahora llamantes puños de Carrie.
- Tenemos que ayudarla- me dijo Cathy.
Me congele, no sabía qué hacer, Carrie corría peligro y lo sabía, y por mas que no la soportaba tenía que defenderla, pero como unirme a la pelea, yo era agua, y el agua extinguía al fuego.
- ¡Corrine, relaciona!- me grito Cathy.
Trate de concentrarme y también Cathy y yo nos unimos a la batalla, Cathy le arrojaba pedazos de roca y yo trataba de atacarlo con fuerza pues no había agua cerca.
- Las hermanas unidas no sabían qué hacer, más de pronto supieron que su final estaba cerca pues desesperadas trataron de atacar al cuenta cuentos sin llegar a saber su debilidad.
- ¡Cierra la boca!- le grito Carrie
Voltee a la entrada al cráter y vi como Morgan y Mark trataban de entrar pero una especie de tapa invisible.
Entonces un haz de fuego salió de la mano de Carrie rozando al cuenta cuentos.
Este reacciono con un grito y retrocedió unos pasos.
- ¿eso estaba en tu cuentito barato?- le pregunto Carrie.
Eso me entusiasmo y comenzó a pensar en una bola gigante de agua, y al sentir humedad en mis manos comencé a frotarlas una contra otra, las separe un poco cuando una pequeña bola se había formado y así hasta que forme una enorme esfera y se la arroje al cuenta cuentos.
Cathy, quien no había dejado de arrojarle rocas levanto sus brazos hacia el frente y la tierra se levanto del suelo flotando a su alrededor.
- ¡Chicas mesclemos los poderes!- sugirió Carrie.
De esta forma volví a formar mi esfera de agua y mientras que Cathy y Carrie estaban haciendo un torbellino de fuego y tierra cuando Carrie grito “ahora” las tres arrojamos nuestros elementos contra el cuenta cuentos.
Estos impactaron contra el empujándolo hasta la otra parte del agujero.
Se levanto entre carcajadas escalofriantes y una miradita de psicópata que erizaba la piel.
- Cuando creyeron dominar la situación, la cosa se puso pero, y la fuerza del equipo pronto se termino…
Al decir esas palabras arremetió en contra de Carrie y la arrijo contra la pared haciendo que una parte del muro se derrumbara sobre ella.
- ¡Carrie!- Gritamos Cathy y yo.
Después nos miro a nosotras.
- La esperanza se hundió más y más- relato mirando a Cathy.
Se escucho el grito descargador de Cathy y cayó en un agujero de tamaño más pequeño pero al parecer más profundo.
Estaba sola, por completo y me atemorice pues no sabía qué hacer.
- Y la voz, la que siempre se escucho guardo silencio para siempre.
Con su mano rodeo mi cuello cortando mi respiración, mientras yo rasguñe sus manos y empujaba su cara tratando de librarme de él.
Se escucho como un cristal rompiéndose y una gran ráfaga de viento entro. Morgan se lanzo contra el cuenta cuentos y Mark entro en el agujero dentro del cráter.
Yo corrí a donde estaba Carrie sepultada bajo las piedras rogándole al cielo que estuviera bien, arrojaba las piedras con esfuerzo hacia atrás de mí hasta que encontré la mano de Carrie y las moví con más rapidez.
Tenía los ojos cerrados con fuerza y una gran herida en la cabeza que sacaba chorros de sangre.
Al sentirse libre Carrie se levanto y corrió a ayudar a Morgan.
Entre los dos le estaban propinando una buena tunda mientras que yo seguía preocupada por Cathy, quien pocos minutos después salió en del hoyo en brazos de su hermano quien lucía unas alas blancas enormes y hermosas.
- ¡Carrie ven aquí!- le grito Mark para que se acercara.
Carrie le propino una patada a él cuenta cuentos y después se acerco a Mark.
- Tómense de las manos y repitan esto- dijo dándonos un post it con algo apuntado.
Las tres leímos y después comenzamos a pronunciarlo en voz alta.
- La noche de los cuentos termino, y al salir el sol el cuenta cuentos falleció, bajo el poder de la naturaleza y por donde vino este demonio volverá.
Después de haber recitado eso, una especie de esfera plateada se dirigió al cuenta cuentos, que fue absorbido con lentitud y entre maldiciones y gritos desapareció y la esfera se destrozo en un millón de pedacitos.
Exhale con fuerza y me lleve las manos al corazón, la sensación era increíble, habíamos hecho algo magnifico, algo con lo que jamás había soñado.
- ¡Carrie!- grito Cathy.
Yo concentre mi atención en ellas y Carrie lacia inconsciente en los brazos de Mark, el desplego sus alas y salió del cráter con Carrie en sus brazos, un minuto después volvió por nosotras.
Yo entre a la casa después de que me dijeran que Carrie estaba adentro y Morgan y Cathy se quedaron fuera.
Morgan me aparto con cuidado para pasar con Carrie se hinco a su lado y puso su mano a pocos centímetros de la herida de Carrie y se cerró poco a poco hasta desaparecer, después con un paño húmedo limpio la sangre que quedaba y Carrie abrió los ojos.
- ¿estás bien?- le pregunto Mark.
Ella asintió y se sentó con cuidado.
- ¿están bien los demás?- me pregunto Carrie.
Asentí y corrí a abrazarla. Después la preocupación que me había hecho pasar no supe que más hacer.
Salimos media hora después, la calle se encontraba ya como si nada, gracias a los dones de Cathy, la verdad es que me parecía fascinante.
Cathy y Mark se fueron a su casa y yo me subí a mi auto al igual que Carrie a su pedazo de chatarra.
Salió hecha una furia y se acerco a Morgan quien se encogió de hombros y ambos se pusieron a caminar hacia casa de Carrie, conduje cerca de ellos y me frene cuando ya estuve a su lado.
- Te llevo yo Carrie- me ofrecí.
Ella se encogió de hombros y se despidió de Morgan.
- Te parece si tomamos esto como una tregua- le sugerí.
- Si es la única forma de seguir vivas por mí no hay problema- acepto.
La deje en la puerta de su casa y ella se despidió con la mano.
No es como que nos volviéramos las mejores amigas pero ahora, sobre todo por el hecho de ser tan distintas pero seria menos complicado tratar de llevarnos bien.

martes, 2 de agosto de 2011

Venéficas, Las Tres Caras de Calixo: La Guía, El Ángel y El Guardián

Ya Es miiiiiiiiieeeeeeeeeerrrcoleeeeeeeeeeeeeessssssss, mitad de semana y ya esta mas cerca el viernes, osea es el miercoles sabroson.


Y yo estoy aqui con la potencia del dead metal puro por que mi vecino no ha dejado de escuchar cumbias en todo el mendigo dia, en realidad es una especie de guerra pues mietras mas le subo a mi estereo mas le sube al suyo... lo que no sabe es que to le puedo conectar tooodas las bocinas de mi casa jojojojojojo, no es como que me molesten las cumbias, en fiestas y asi esta bien pero ya todo el dia oye no!!! lo juro desde las tres de lamañana esta con su musica y no dormi.

Bueno yo las dejo leyendo y voy a subirle mas a mi estereo

Besos
Anny

La guía, El Ángel y el Guardián

- ¿Quiénes son mis hermanas?- seguí con el interrogatorio.
- Supongo que lo sospechas.
- No tengo ni idea Morgan, no te lo preguntaría de lo contrario.
Me miro fijamente, eso no ayudaba mucho para calmarme, solo lograba estresarme más, y yo seguía aquí sin saber que estaba pasando.
- ¿Qué se supone que soy? ¿alguna especie de mutante?
- No Carrie nada de eso- respondió con una sonrisa- eres una bruja.
No pude evitar soltar una carcajada.
- Ya, como no- dije entre risas- y tengo que conseguir un sombrero de punta una escoba y un gato negro.
Morgan se puso serio y se paso las manos por el cabello, siempre que hacia eso era por que comenzaba a alterarse.
- ¿quieres tomarlo en serio?- me pidió- no estoy de broma Carrie.
- No, claro que no- dije tratando de contener la risa- es por eso que me dices que soy una cosa que no existe.
- Entonces ¿Cómo explicas lo que paso hoy?- me reto.
- Debe haber una explicación lógica, como el sobrecalentamiento de las células de mi cuerpo o algo sobre la física que obviamente no comprendo.
Me cogió de la mano y me llevo al jardín trasero de mi casa.
- Espero que busques una razón física para lo que voy a mostrarte- dijo parándose en medio del jardín.
Me quede observándolo, puso una pala de la mano a pocas distancias de otra y se fue formando un pequeño remolino, después quito al mano de abajo y aquel remolino creció hasta el césped, cerro su puño y así como apareció el remolino desapareció.
- ¿Cuál es tu explicación?- me exigió.
Aun estaba impactada por lo que había pasado, tarde un momento pues aun trataba de recordar cómo se cerraba la quijada.
- Tú también eres… un brujo- deduje.
- No, yo solo tengo ese poder, lo he tenido desde hace casi cincuenta años.
- ¿Qué eres?
- Soy su guardián.
- Si dices que tienes esos poderes desde hace cincuenta años ¿Por qué no los aparentas?
- Larga historia, la sabrás en su momento.
Cuando llego mi madre se Morgan se fue argumentando que tenía que llegar a su casa.
Mi madre tarto de hacerme la plática pero no estaba de humor y me subí a mi habitación.
La mañana siguiente me pareció como cualquier otra, la verdad es que así me lo parecía, después de una noche de desvelo, en la cual solo pensaba en lo que me había dicho Morgan.
Al salir de mi casa para ir a la escuela rogué al cielo por que el capricho de mi viejo auto ya no estuviera, así que gire la llave y el motor comenzó a tratar de dar marcha pero no lograba encenderse.
Bufe frustrada y aferre las manos al volante repitiendo una y otra vez en mi cabeza “enciende, enciende”
Volví a girara la llave y el auto encendió como si no tuviera ningún problema, sonreí con suficiencia y me puse en camino a la escuela. Si esto de ser bruja, significaba que el coche no me iba a fallar más, estaba bien.
Camine por los pasillos abarrotados de gente y llegue a mi casillero.
- Hola Carrie –me saludaron los chicos como siempre.
- ¿Cómo reparaste tu auto?- pregunto Robie.
- La verdad ni idea, solo encendió.
Cathy llego con timidez a nuestro lado, y la verdad, yo no tenía muchas ganas de charlar del asunto de ayer así que la salude como si nada hubiese pasado.
Entramos a la clase de lengua, y el profesor nos dividió en equipos de tres para hacer el trabajo, me alegre cuando el profesor dijo que me tocaba con Cathy pero esa alegría se vino abajo completamente cando también menciono a Corrine, y claro ella no tardo en protestar.
- No me pude poner con Carrie.
- No es como que me alegre estar contigo- me defendí- a quien le gustaría trabajo con un iceberg como tú, reina del hielo.
- Carrie, basta- me pidió Cathy.
Me forcé a no seguir discutiendo, solo para no causar un problema como el de ayer.
Salí refunfuñando de la clase con Cathy a mi lado quien se mantenía callada.
La siguiente clase fuer más tranquila, pues en realidad no entre, me quede en el jardín con los chicos, platicando de cosas triviales, pero después tocaba artes y esa clase no me la perdía por nada.
Al entrar al salón Morgan estaba charlando con Cathy y disminuí mi paso para dejarlos más tiempo a solas, incluso me detuve a platicar con mis compañeros, pero en cuanto entro el profesor tuve que irme a mi lugar.
- Ya me dijeron que tienes trabajo con Corrine- me dijo Morgan en cuanto me senté.
- Gracias por recordármelo Morgan- dije propinadle un golpe en el hombro.
- Si lo miras por el lado amable –continúo Morgan –podrás hacer migas con ella, es más, ¿Por qué no hacen el trabajo en mi casa?
- Preferiría comer monos, ya me la imagino ordenando –comencé a quejarme –“haz esto, haz el orto, ¿eso parece algo con lo que podamos sacar diez?”
Cathy y los chicos soltaron risitas por mi imitación de la voz de la reina del hielo.
- Entonces ¿trabajaran en mi casa? –insistió Morgan.
- Si eso retrasa mi llegada a casa yo me apunto –me apresure a decir – ¿Y tu Cathy?
- Tendría que pedirle permiso a mis padres pero es probable que digan que sí.
- Porque no dejan el parloteo para después –nos dijo el profesor recargándose en nuestra mesa –y van por su material para comenzar a trabajar.
Saliendo como siempre nos dirigimos al comedor, estando en la fila para comprar el almuerzo y vi a Corrine sentándose en una mesa cerca de la ventana.
- ¿Me guardas el lugar Cathy? –le pedí –ahora vuelvo.
Me a acerque a su mesa y al veme enseguida se levanto.
- Mira Corrine, no vengo a buscar pleito, solo te digo que trabajaremos en casa de Morgan, y no lo pregunte, solo te aviso.
- Desde cuando tú me ordenas a mi Carrie.
Trate de calmarme antes de empezar un pleito.
- Solo digo que mientras menos estemos juntas será mejor ¿hecho?
Ella tardo un momento en decidirse pero a fin de cuentas asintió.
El día se fue rápido después de eso.
Al salir de la escuela quedamos en ir a casa de Morgan después de pasar a casa de Cathy para pedir permiso.
Mes sorprendí al ver al hermano de Cathy fuera de la escuela en su motocicleta como el chico malo.
Me acerque con Cathy y él me sonrió.
- Tiempo de no verte –comento.
- Solo fueron dos días –le recordé
- Mark, iré a casa de Morgan para hacer un trabajo.
- Claro, igual tengo que ir.
¿Para qué tenía que ir él a casa de Morgan?
- Hola Mark –lo saludo Morgan.
- ¿nos vamos? –pregunto Corrine acercando a nosotros.
- Claro, tu guías Carrie- me dijo Mark.
Asentí y camine a mi auto con Morgan pisadme los talones.
Llegamos a su casa, seguía igual que siempre, la pintura de las paredes gastada, el buzón lleno de cartas y el césped crecido, pero por dentro siempre me pareció la casa más acogedora del mundo, con aquella sala con sillones muy acojinados, pinturas viejas en las paredes. La pequeña habitación que estaba en el fondo y la ventana de atrás casi cubierta por las enredaderas. Pero en esta ocasión había una señora ya mayor en la sala, con una sonrisa.
- ¿Quién es usted?- le pregunte.
- Soy Clarens- se presento- hola Corrine.
- Hola señora Clarens –saludo Corrine como si fuera una vieja amiga.
- Supongo que ya te hiciste a la idea que Carrie es tu hermana –comenzó a suponer.
- Un momento –frene sus caballos –No venga aquí a decirme que esa “cosa” es mi hermana.
- Y que crees ¿Qué a mí me gusta tener una marimacha como hermana?
- Vuelve a decir eso y te rompo la cara –la amenace.
- ¡Basta! –grito Cathy –no pelen de nuevo.
- ¿Quién es ella Morgan?- le pregunte a mi amigo.
- Ella es Clarens, es su guía- me respondió Mark.
- Entonces, ¿no era broma lo de ayer? –le pregunto Cathy a su hermano – ¿Tú eres nuestro ángel? Entonces Morgan es…
- Soy su guardián –completo la frase de Cathy
- ¿Guía? ¿Ángel? ¿Guardián?–me confundí.
- ¿Recuerdas que te dije que eras bruja y que tenías hermanas? –me pregunto Morgan.
- Claro.
- Pues Cathy, Corrine y tú son la reencarnación de Calixto –dijo la anciana.
- ¿Quién es Calixto? –preguntamos las tres a unisonó.

Venéficas, Las Tres Caras de Calixto: "Madre Tierra" por Cathy

Hola... sé que era capítulo para ayer pero andaba un poco desinspirada. Lamento la demora pero igual espero que les guste y las dejo leyendo...
Cathy
Me había dolido la cabeza desde aquella mañana después de lo que sucedió con Carrie y Corrine, ni siquiera sabía que había sido con exactitud, pero lo que sea que fuere, no podría soportarlo otra vez, las manos todavía me hormigueaban.
- ¿Qué tal la escuela? - me preguntó mi hermano cuando pasó por mi al final de las clases.
- Nada bien - acepté, con mi hermano no tenía secretos, era mi hermano, mi mejor amigo.
- ¿Qué sucedió?
- No quiero hablar de ello, llévame a casa, me duele horrible la cabeza.
- ¿Tan mal estuvo?
- Y peor, te cuento en la casa.
Tenía miedo hasta de acercármele demasiado, no quería tener otra descarga como la de esta mañana. Corrine aún me miraba feo.
Pero no tuve la culpa, no es como que lo hubiera hecho a proposito, yo sólo quería separarlas, calmarlas, y luego pasó la descarga. ¡Vaya día!
- ¿Y? ¿Me vas a contar? - volvió a preguntar cuando bajamos de la moto.
- Sí, en un minuto, déjame descansar, me duele la cabeza y mucho
Avancé hacia la casa lentamente, más lentamente que de costumbre, y cuando iba a medio camino mi hermano me empujó apresuradamente a la casa.
- ¿Qué? - reclamé extrañada cuando entramos a la casa y él cerró la puerta angustiado.
- Nada - me dijo viéndome preocupado y después asomándose hacia la calle.
- ¿Qué ves? ¿Iban a matarnos o qué? - pregunté queriendo ver por la ventana pero no me dejó ni asomarme.
- Dime qué sucedió en la escuela, exactamente.
- Fue un asunto extraño - suspiré frustrada, aún no quería hablar del tema.
- ¿Qué asunto?
- ¿Debemos hablar de eso justo ahora? Mejor pásame una pastilla para la cabeza y vamos a comer.
- Cathy, escúchame - me dijo siguiéndome a la cocina - TIENES que contarme qué sucedió en la escuela.
- Nada en realidad, Mark, ¿Qué te sucede?
- Es que me preocupas Cathy, cuéntame por... - primero me miraba a mí, después sus ojos se fueron hacia lo que se ubicaba detrás de mí y terminó su frase completamente sorprendido - ...favor - Miré hacia dónde su vista iba y me encontré, también sorprendida, con que la planta preferida de mamá acababa de florecer.
- ¿Qué no esa planta florece sólo en Abril? Estamos en Agosto.
- Cathy - llamó mi atención otra vez - ¿Pasó algo inesperado en la escuela, verdad, algo extraño?
- Sí - recordé - toqué a dos de mis compañeras, y puedes creerme cuando te digo, que fueron los peores toques del mundo.
- ¿Toques?
- Sí, ya sabes, cargas eléctricas.
- ¿Y luego?
- Pues las manos aún me hormiguean y la cabeza me duele.
- ¿Nada más?
- Sí ¿Por qué?
- ¿Nada de quemar a alguien sin querer o que el algua se moviera extraño cuando estabas cerca?
- ¿Qué? - eso si me extrañó y hasta me reí.
- Hablo en serio Cathy, contéstame.
- No, nada de eso ¿Por qué la pregunta?
- ¿Nada de... no sé, ligeros vientos más fuertes o algo así?
- No Mark, el clima estuvo normal y me estás asustando.
Mark no respondió, se paseó por la cocina murmurando algo que no pude escuchar. Se veía preocupado pero también entusiasmado.
- ¿Con qué compañeras sentiste eso? ¿Los toques?
- Si no respondes a ninguna de mis preguntas no voy a contestar a ninguna de las tuyas ¿Qué sucede?
- Cathy - me dijo sentándose junto a mí y viendome a los ojos. Después volvió a mirar la planta de mamá que por cierto cada vez tenía más retoños y finalmente me sonrió - Hay algo que debo decirte.
- Sí, eso quiero ¿Qué es?
- Tienes poderes.
Eso me dejó muda, enarqué una ceja y torcí una sonrisa.
- Cuando te dije que quería respuestas hablaba en serio, ya deja de bromear conmigo.
- No bromeo, es la verdad. Mira - me dijo jalándome hacia la salida de la casa donde el jardín y las plantas en él se veían mucho más hermosos que nunca. Incluso el manzano y el durazno que teníamos estaban ya dando fruta. Y en pleno Agosto ¿Qué sucedía?
- ¿Y esto qué tiene que ver? Las plantas están locas.
- No, las plantas sólo reaccionan a la presencia de una Madre Tierra.
- ¿Qué te comiste Mark?
- ¡Cathy! Escúchame. Te la pasas leyendo libros de magia, cosas sobrenaturales y vampiros, lobos, ángeles, brujas, magos... ¿Y no me crees?
- Son sólo libros Mark.
- ¿De verdad crees que quién los escribió sólo se imaginó todo eso? ¡No, Cathy! Todo eso existe.
- ¿Edward y Jacob existen? - pregunté retadora.
- Sí... - dudó - aunque deben tener otros nombres, vivir en otros lugares, ya sabes, no pueden permitir que se descubran sus verdaderas identidades.
Lo miré incrédula y volví a entrar a la casa. Mark siempre me escuchaba cuando hablaba de los libros que leía, pero nunca les daba demasiada importancia, es más, yo siempre creí que ni me ponía atención y mucho menos pensé que creyera en esas cosas. Esto sí me sorprendió. Mi hermano estaba más loco que yo.
- Cathy - me dijo emocionado - Eres una bruja.
- Ajá ¿Y la escoba? - bromeé.
- Ok, si no crees eso, entonces cree esto.
Me dijo parándose firme en donde estaba y cuando lo miré unas hermosas, preciosas, y nada reales alas aparecieron en su espalda.
- ¿Qué es...? ¿Dónde las compraste? Son muy bonitas.
- Cathy - me dijo reprobatoriamente - para ser una niña que cree en todo esto desde antes de que te saliera tu primer diente, me sorprende que estes tan ciega justo ahora. Son alas verdaderas.
- Ajá - dije otra vez incrédula acercándome a él y mirando sus alas - ¿Y... eres un ángel entonces?
- Sí, tuyo y de tus hermanas.
- ¿Ahora tengo hermanas? - mi incredulidad crecía.
- Las chicas de los toques.
- ¿Carrie y Corrine? Si ni siquiera se llevan bien.
- Pues aprenderán a hacerlo.
- Ok - le seguí el juego - Entonces soy una bruja, tú un Ángel, tengo poderes y dos hermanas que son Carrie y Corrine ¿Entendí todo?
- Sí.
- ¿Y... cuando despertaste qué pasó?
Mark rodó los ojos.
- También tienen un guardián, no lo conozco, pero debe estar cerca de una de tus hermanas.
- Ajá... ¿Guardián para qué?
- Pues para protegerlas.
- ¿No tú eres nuestro Ángel? - me gustaba ésta historia, si Mark se estaba prestando a éste juego al menos debía disfrutarlo.
- Somos seres distintos. Un ángel es un guía y guardián pues es... un guardián.
- ¿Y de qué exactamente nos protege ese guardián?
- De todo lo que sea necesario. Su guardián debe tener ese cuarto poder que a ustedes les falta.
- ¿Qué poder?
- No lo sé, depende qué poderes tenga tus hermanas.
- ¿Cuál es mi poder?
- ¡Cath, es obvio! Te lo dije, eres una Madre Tierra.
- ¿Y qué puedo hacer?
- Mira - me dijo haciéndome voltear hacia la planta que se veía preciosa.
- ¿Hago crecer las plantas?
- No sólo eso, controlas la Tierra.
- ¿Puedo hacer que tiemble entonces?
- Cuando tu poder esté más avanzado, sí, puedes.
- ¿Puedo hacer que se abra la tierra?
- Sí, supongo que sí.
- ¿Puedo hacer que una planta que sólo florece en Abril lo haga también en Agosto y en cualquier época del año?
- Ya lo viste con la planta de mamá.
- ¡Genial! Pondré un vivero. Seguro me irá bien.
Esto ya me estaba hartando. Rodé los ojos. Mark también y subí a mi habitación. Mark guardó sus alas. ¿Dónde las habría puesto?
- Cathy, por favor. Tenemos que ir a ver a tus hermanas, contárles todo.
- Si sigues llevándo esto más lejos Mark. Carrie me golpeará y Corrine te meterá a un manicomio.
- ¡Cathy! - me dijo y en ese momento cerré la puerta de mi habitación.
No escuché más. Me dirigí a mi ventana, la abrí y me senté en mi escritorio a empezar mi tarea. Mi hermano era divertido, pero a veces se pasaba de excentrico.
Una hoja se coló por mi ventana y la aparté de mis libretas. Poco después había una rama y cuando volteé para ver quién me las estaba aventándo me di cuenta que la enredadera de mamá estaba creciendo directo hasta mí.
- ¡Mark! - grité enojada. ¿Qué estaba haciendo ahora?
Una flor brotó de entre las hojas de la enredadera justo en mi mano y me quedé muda.
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