- Buenas tardes – llegué saludando a mis padres después de estacionar el auto.
- ¿Cómo te fue hoy querida? – mi madre siempre tan atenta
- Muy bien, gracias ¿Y mi padre?
- En su despacho, arreglando unos papeles de una nueva compradora – me sonrió mientras seguía con su bordado
Subí a mi habitación, no interrumpiría a mi padre. A él le gustaba estar sólo mientras trabajaba y yo respetaba su espacio. Estar en mi cuarto, bien arreglado, limpio y oliendo a limpio me reconfortaba, me sentí en mi ambiente. Saqué mis libretas y empecé con mi tarea de inmediato, entre más pronto las acabara más tiempo tendría para estudiar.
Recibí la llamada de Mitzi, trataba de convencerme de ir a una rara exposición en la plaza, yo la verdad es que prefería quedarme a estudiar pero insistió tanto que no pude rehusarme. Mis padres me dieron permiso de ir, no había objeción alguna si ya había terminado mis tareas así que Mitzi pasó por mí en menos de 15 minutos, yo ya la esperaba en la puerta, adoraba la puntualidad.
- Tengo que regresar antes de las seis – le anuncié
- Pero son las cuatro ¿Sólo dos horas?
- Sí, orden de mis padres – lo cierto era que no había orden de mis padres, sólo que no me gustaban ese tipo de exposiciones en la plaza, era de vagos, bastante absurdas y aunque no sabía de qué especialmente se trataba esta ya que a Mitzi sólo le interesaba salir no importara a dónde y pues yo en este caso fui su conejilla de indias.
Subí al auto, Jessica ya estaba en la parte de atrás, la saludé con una sonrisa, iba más arreglada que de costumbre pero no dije nada, ahora que lo veía, Mitzi también iba más arreglada de lo normal
- ¿Vamos a otro lugar aparte de la plaza?
- No ¿Por qué?
- Bueno… es que están…
- ¿Preciosas? ¿Alucinantes? ¿Perfectas? – No es lo que iba a decir pero… Jessica era bastante vanidosa
- Sí, eso – no la iba a contradecir, solía ponerse rabiosa si lo hacía.
- Yo voy a ver a mi novio, Jessica parece creer que cierta personita irá así que…
No necesité más
- Me rehúso a ir, no voy a hacerla de chaperona – pero no me hicieron caso
- Tranquila Corrine, no va a pasar nada
Y así seguimos hasta la plaza donde todo mundo andaba de aquí para allá.
- Quiero irme
- No Corrine, espera por lo menos a la hora que marcaron tus papas
A estas alturas creo que debí decir que me querían en 15 minutos de vuelta. Lástima. No puedo decir que disfrutara de estas feas exposiciones y mucho menos cuando me di cuenta de que se trataba de fantasías tontas como ogros, unicornios, duendes y cosas así, suspiré frustrada, iban a ser unas largas dos horas, lo supe cuando vi al novio de Mitzi, Jordan, acercarse con esa sonrisa tonta que tan típicamente traía siempre en el rostro.
- ¡Mira Corrine, ahí está! – Jessica estaba más que emocionada cuando vio, a lo lejos, a Morgan.
Pero su semblante dejó de verse tan contento cuando vio cómo él se dirigía a Carrie y sus amigos. Vi que Catherine ya era una incauta más de ella, me lamenté por eso.
Jessica se acerco al grupito de Carrie y mi radar se encendió por completo, obviamente no iba a permitir que Carrie se metiera con mis amigas así como si nada y como siempre su mala educación salió a relucir poniendo mala cara.
- Hola Morgan- saludo al chico de manera exagerada.
Era evidente que quería llamar su atención, yo siempre solía decirle que se merecía algo mejor pero ella insistía.
- Jessica si vienes a la repartición de cerebros llegas tarde, pero no te preocupes te podemos conseguir uno- dijo Carrie tirando la primera pedrada- aunque sea usado, espero que no te moleste.
A Morgan y al sequito sin cerebro de Carrie eso les pareció muy gracioso, pero en definitiva con ese comentario se había pasado.
Jessica se puso completamente colorada de coraje y note en sus ojos que estaba a punto de derramar lagrimas, lo cual me hiso enfadar.
- No vale la pena que derrames lagrimas por ese idiota- me apresure a decir.
Carrie se acerco a nosotras con la intención de seguir molestando y yo también decidí que le daría la cara, solo para averiguar qué era lo que quería.
- Hola, querida- dijo fingiendo un tono altivo- Quería saber si tomas el té con nosotros, espero no arruinar tus planes.
Me di la vuelta dejándola hablando sola y camine con mis amigas.
Ellas se habían entretenido bobeando con esas cosas y yo solo me dedique a acompañarlas, pero pronto me excuse para librarme del asunto.
Cuando iba de salida de la exposición una vieja gitana se me atravesó y cogió mi mano sin pedirme permiso y la observo por un momento, ese acto me puso de nervios y le arrebate mi mano y me aleje a pasos rápidos de aquella mujer desorientada.
Mi familia estaba en la mesa del comedor cenando, mi hermana no dejaba de mover la boca intentando apantallarnos a todos con el día que había tenido, según para ella maravilloso, la verdad es que a nadie le interesaban sus triviales historias.
Aun tenia dolor de cabeza por todos los corajes que me había hecho pasar Carrie durante el día, es que no era suficiente verla en la escuela como para todavía encontrarla en la plaza, aunque admito que eso de verla en la plaza y sobretodo en la pista de patinaje había sido mi culpa, en primer lugar no debí ir a ese lugar. Me retire a mi habitación y me prepare para dormir, me lave los dientes y la cara, trece mi cabello, me puse el pijama y me recosté, cogí el libro que deje la noche anterior en mi buro y leí la frase en donde me había quedado la noche anterior.
El sueño de un celta era el libro que había elegido para ese mes, nada como un relato realista para finalizar el día.
Después de más o menos una hora puse el separador de hojas, y lo coloque a un lado de la lámpara, la apague y me acomode para dormir.
El despertador sonó al día siguiente y no quería levántame de la cama, era uno de esos días en los que sentía que si salía de casa el mundo se acabaría en ese instante. Lo dude antes de ponerme en pie, el año apenas comenzaba y si faltaba un día entonces se me haría fácil faltar otro y así hasta convertirme en una haraposa pulguienta como Carrie.
Al bajar las escaleras había una señora de avanzada edad que hablaba con mis padres en la sala.
- Corrine, cielo, ¿puedes venir un segundo?- me pidió mi madre.
- Claro mamá.
Me acerque a la sala sin muchas ganas, no tenía ganas de escuchar las aburridas historias de mi madre y menos la de sus amistades en plena senectud.
- Te presento a la señora Clarens- dijo mi padre.
- Mucho gusto señora Clarens- dije con tono amable.
Ella me sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas.
- Eres idéntica a ella- dijo tocando mis mejillas.
Trate de quitarme sus manos de encima pero sería muy descortés.
- Disculpe- carraspee quietándome sus manos con cuidado, pero procure seguir sujetando sus manos para que mi movimiento no se viera grosero- ¿a quién es que me parezco?
- Pues en realidad lo he olvidado, ¿tienes que ir a la escuela hoy?- cambio de tema.
Salí un poco confundida de casa, primero la gitana loca y después esto, no me agradaba nada.
1 comentario:
No sé porque Corrine no me termina de agradar, se me hace así como que muy perfecta, debería relajarse un poquito, por otro lado me gusto mucho la discusión y morí de risa con lo de la repartición de cerebros, bueno ok no tanto pero si me dio risa… madre, estoy más que intrigara da, me iré a leer el siguiente capitulo
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