Si ya sé, ya sé, no hemos publicado pero se los juro amabas hemos estado ocupadas con cosas de la escuela y yo comence a trabajar hace dos mese por lo cual, no hemos tenido tiempo y en lo personal mi inspiracion estaba mas muerta que Cronos en el tartaro pero bueno esta entrada va especialmente para K=D, lamentamos no publicar tan seguido, en verdad pero las cosas estan un poco dificiles y nos quedamos sin una colaboradora, pero trataremos de hacerlo mas seguido chica.
Sin mas que agregar las dejo leyendo
Anny
Cathy había hecho un boceto de un
sujeto que no conocía, eso sí era extraño, bueno… a diferencia de todo lo
extraño que nos había pasado.
Curiosamente todo parecía muy
tranquilo lo cual me ponía los nervios de punta, siempre que las cosas parecían
calmarse un poco empeoraban sin previo aviso. Era como una ley básica en
nuestras nuevas vidas, lo único que quería saber era cuando terminaría todo
esto.
Morgan me acompañaba a casa pues
decidimos que era mejor dejar a Cathy y a Morgan hablar por un rato, después de
todo Morgan se había puesto tan celoso que se había enfadado con Cathy,
obviamente él no quería admitirlo.
Tenía tantas preguntas en la
cabeza que no me atrevía a hacer en voz alta. Como que tal vez Cathy estaba
desarrollando un nuevo poder que nostras no teníamos o si es chico tendría algo
que ver con Corrine, no sé, tal vez era su príncipe azul que llegaría en su corcel
planco para pelear contra las brujas y rescatarla de su sueño eterno, eso o yo tenía
que dejar de ver películas de Disney.
Comenzaba sentirme ansiosa, no
estaba acostumbrada a que las cosas se nos fueran tanto de las manos y eso que
la controladora era Corrine, mi maldición eterna, me estaba convirtiendo en mi
hermana. De pronto me imagine con un ridículo corte de pelo con un peinado
perfecto y usando falditas y sweaters color pastel, llevando en mis brazos una
carpeta de corazones y estrellitas y caminando como un robot que intimidaba a
todo el mundo.
Rodé los ojos.
— ¿A ti te gustan las chicas como
Corrine? — le pregunte a Mark sin pensar en lo que decía.
Mark me miro como si le estuviese
haciendo una pregunta trampa, su expresión era entre extrañado y divertido.
— ¿A qué viene esa pregunta?
— Nada, olvídalo — me encogí de
hombros.
Morgan se detuvo y tiro de mi
mano, retire mi mano rápido a portando su contacto de mi piel.
No me gusto su expresión de
dolor, pero era muy difícil para mí estar a la defensiva todo el tiempo.
— Lo siento — susurre —. Estaba
pensando en el chico que dibujo Cathy.
— ¿No me digas que tu también lo
has visto? — pregunto con un dejo de celos.
Negué con la cabeza.
— Estaba pensando que tal vez… ya
sabes…
No me atrevía a expresar lo que
pensaba en voz alta pues me parecía tonto y cursi pensar en los príncipes azules,
además de que era una completa locura. Ya me imaginaba a Corrine despertando
con los labios de un completo extraño sobre los suyos. De seguro correría al
baño y se lavaría la boca con cloro y asido.
— Y si ¿Qué? — insistió Mark.
— Bueno, ya sabes, en los cuentos
de la bella durmiente un príncipe besa a la princesa y ella despierta y con
ella todo el reino, y todas esas cosas.
Mark estallo en carcajadas y yo
me puse completamente roja. Me enfade y comencé a caminar azotando los pies.
— ¡No, Carrie! — suplico Mark
tratando de contener la risa.
— A mi no me parece gracioso Mark
— estalle de furia —. Mi hermana está dormida por un hechizo y no tenemos una
respuesta de cómo curarla y cuando pienso en algo tú te ríes de mi.
— No me rio de ti, Carrie — se defendió
—. Solo me pareció gracioso el concepto por imaginarme a Corrine besando a un
extraño, además, tu más que nadie debería saber que la magia no es como en los
cuentos de hadas, es peligrosa si la utilizas mal.
Torcí la boca pero mi excreción
de enfado se fue desvaneciendo.
Caminamos un par de pasos más y
el de nuevo se detuvo tirando me la mano nuevamente.
— Te extraño Carrie — dijo mirándome
a los ojos.
El comentario me tomo desprevenida
y más lo que sucedió después, me beso, pero ese beso no se sentía como los que
daba Mark, era distinto como agresivo.
Trate de resistirme y alejarlo de
mi pero él se aferraba mas a mi cuando trataba de empujarlo. Entonces deje caer
mis brazos a mi costado y espera que terminara.
— Tu indiferencia duele ¿sabes? —
dijo dolido.
— ¿Qué demonios te pasa Mark? ¿Mi
hermana esta embajada y tú piensas en cuanto me extrañas y…?
Me quede callada, el rostro de Mark
comenzó a desfigurase mostrando un horrible rostro, tenia los dientes afilados
y la piel completamente blanca, como el cal. Sus ojos eran completamente negros
y despedía un abrumarte olor a sangre.
— ¡Carrie, corre! — escuche a
Mark gritarme.
Mis manos se encendieron en
llamas y comencé a arrojarle bolas de fuego a aquella extraña criatura.
Mi fuego no parecía dañarlo y comencé
a retroceder despacio. Esa cosa se me arrojo encima y un manto braco y espumoso
me cubrió, cerré los ojos y al abriros estábamos en el bosque mágico, donde
hicimos nuestro primer entrenamiento.
Sentí que los brazos de alguien
me rodeaban entre en pánico y comenzó a zangolotearme para poder quitármelos de
encima deseando recordar algún movimiento de mis clases de defensa personal.
— Carrie, soy yo Mark — susurro.
Ya no estaba segura si en verdad
era él o no, me aparte de él y encendí mis brazos preparada para atacar.
Mark levanto los brazos en señal
de paz pero yo no baje la guardia.
— ¿Quién eres? — exigí saber.
— Por amor a los arcángeles,
Carrie, soy Mark.
Lo observe con detenimiento
esperando a que ocurriera algún cambio pero no ocurrió nada.
Apague mis llamas y corrí a abrazarlo.
— ¿Qué era esa cosa?
— Un hechicero… ¡Dios, Carrie! Jamás
me había asustado tanto en la vida, en un par de segundos te habías esfumado.
Cuando esa cosa se acerco a ti creí que te había perdido. Creí que te pasaría lo
mismo que a Corrine.
Me dio un beso en la frente y me
estrujo.
— ¿Estas herida? — pregunto después
de un rato de silencio.
Negué con la cabeza pero hundí mi
rostro en su pecho inundado mis pulmones de su aroma.
— ¿Qué hacemos aquí? — pregunte
con la voz amortiguada.
— Pensé que sería el único lugar
donde estarías a salvo, esa clas de hechiceros no pueden entrar aquí — me
aseguro.
Me párate un poco de el.
— Pero las brujas si pudieron —
me sobresalte.
El asintió.
— Por que los poderes de la
antigua guía era cada vez más débiles, pero ya que Allison asumió el titulo la
barrera que protege este bosque es más fuerte.
Esta vez fui yo quien lo beso, el
correspondió a mi beso y por un momento me sentí completamente dichosa. Me parte
de golpe al recordar a mis hermanas.
— ¡Esa cosa ira por Cathy y
Corrine! — me sobresalte.
El negó con la cabeza.
— En la reunión de hoy dijeron que
estaban buscando el fuego de Calixto — me rebelo —. Pr eso me ofrecí a
acompañarte a casa, no quiero que te quedes sola.
— Entonces ¿Me buscan a mí?
El asintió.
— ¿Para qué?
— No lo sé Carrie, pero tus llamas
no eran tan poderosas como antes, temo que el hecho de que Corrine esté bajo un
hechizo debilita sus poderes y las brujas están aprovechando eso, supongo que
quieren quitarle sus poderes como quisieron hacerlo con Calixto antes de que
muriera.
A eso, justo a eso me referían cuando
decía que las cosas jamás se calmaban en mi vida.
— Sera mejor que volvamos a casa
— suspire.
Morgan me beso de nuevo y yo
aferre mis manos a su cuello.
¿Por qué era tan difícil aceptar
que lo extrañaba? Necesitaba el calor de su cuerpo la esencia de su piel el
sabor de sus besos, lo necesitaba por que el me hacía sentir más fuerte. ¿Tan
malo era quererlo? La respuesta era no, eso me hacia odiar mas a Allison.
Las manos de Mark se aferraron a
mi cintura y se colaron por debajo de mi camiseta. El contacto de sus manos en
mi espalda hacia que la piel se me erizara. Su contacto me hacía perder el
autocontrol. Para mi desgracia el aun conservaba el suyo y se separo de mi.
— Te amo, Carrie — me susurro.
SE me escapo una enorme sonrisa y
volví a besarlo y simple beso corto que esperaba que demostrara todo lo que sentía
por él.
Caminamos a la salida de el
bosque, que ahora me parcia nuestro y él se detuvo antes de salir.
— Carrie, lo que paso aquí no
tiene que saberlo nadie — me pidió —. Si Allison se llega a enterar estaremos
en problemas.
— A mí me gusta meterme en
problemas — dije en tono juguetón.
El me dedico media sonrisa pero después
se puso serio.
— ¿Volveremos a estar juntos? —
le pregunte.
— No hay nada más que quiera,
pero por el momento lo mantendremos en secreto — me propuso.
— Solo porque no tengo opción —
acepte —. Pero en cuanto tenga oportunidad voy a patearle a Allison el…
Mark me beso de nuevo
interrumpiendo mi perfecta frase amenazadora.
Al llegar a casa todo me daba veletas
y sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.
— ¿Cómo sigue Corrine? — me
pregunto mi madre desde la cocina.
— No muy bien, volveremos a verla
mañana — le dije y subí las escaleras.
Me recosté en mi cama haciendo un
repeso en mi cabeza de lo que había pasado hoy, el dibujo, el hechicero mar… el
chico del dibujo…
— ¡En la plaza donde patinamos! —
casi grite.
— ¿Qué pasa Carrie? — pregunto
alarmada mi madre.
Asome la cabeza por la puerta y
grite:
— Olvide mi sweater en la plaza
donde patinamos — trate de sonar convencida.
Mi madre dijo algunas cosas sobre
los jóvenes de esta época y lo distraída que era, pero no le preste atención.
Llame a casa de Cathy esperando
que respondiera ella y para mi suerte si fue ella.
— El chico que le busco pleito
una vez Jamei en la plaza donde patinamos — le solté antes de que terminada de contestar
la llamada.
— ¿De qué hablas Carrie? —
pregunto confundida.
— El chico de tu dibujo, ya lo he
visto antes…